Hialino II

Abarcada
por tus dedos subliminales,
yazgo en el aire que te da vida;
en la pausa que apura el contagio,
declarándome
tu eterna huésped;
atmósfera y oxígeno
de las aguas de tu belleza
que me toman por todas partes,
concéntrica y acústica;
fuente onírica
que afirma y ajusta a mi lengua,
su secreto más intimo…

Destripas la emoción,
dando la vuelta al latido
para dejarle sangrar
su espíritu indomable
y emerja
lo que, en verdad, soy,
el estolón en los umbrales de tu causa;
el jardín luminoso
que baila para tus ojos,
cuando te sueña del otro lado
y avanza
por la mente del sol,
quemando tu corazón de plata
de tanto amarlo…

Así voy,
encendiendo cada poro de la noche;
soltando los estruendos de este brillo
que deslizo con la idea
de coger el primer plano
de tu predilección,
recobrando el sentido
de las agujas del alma,
arrumaco de seda
al roce de la silueta silenciosa
que te proclama…