martes, 2 de agosto de 2022

Metacústica

Me dejas
tocarte;
precipitar,
cuando tu cuerda sube el volumen,
manteniendo la distancia correcta
para tentar al límite del tiempo,
vibrando en tu interior…

Flotas, conmigo,
en este color eléctrico
que descubres,
hasta ponerme en tu boca,
como aguamiel,
mientras se levanta el coro epidérmico
y la c del aturdimiento,
pulsa su disruptivo compás
para arrancar de nuevo…

Y tomo de tu brillo,
la afinación;
la aceleración del silencio
y su profundidad
que me dejan eufórica…

Y me siguen tus manos,
preñadas de las ondas
de un fuego plateado,
derritiéndose en mi carne…

Te deslizas tan elegante
y, en las sábanas de tu aliento,
paladeo la intención, sin igual,
del coro apetecido de tus ojos
que me está conectando su tenor,
regalándome el fulgor
del trance primordial…

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