martes, 16 de agosto de 2022

Frecuencias Mercuriales

Me coges, repentino,
ante el desmayo de mi cordura
y me cela tu esplendor;
perito en
pintar mis aguas de fuego;
alimentar la frescura
que hace temblar mis cuencas,
hasta romper en silencio…

Tienes mi voz,
atrapada, como blanco atrayente
por el claror de tu sombra
y la metáfora del sueño
se acumula y enrosca
para volverse a extender
en la terna fabulosa del milagro…

Tu nombre,
celda y zumbido,
pegado a mi boca, serpentea;
tus formas en el aire,
me dejan a tu alcance;
me mueves y encandilas;
me desnudas
y, a hurtadillas,
bajo la perturbación
que sostiene tu lengua,
mi piel frenética, se abre…

La noche suspira
tras un planeo magenta
y geométrico
que me procede,
como un lienzo oscuro,
secuestrando esta luz sacrílega
y, a mis pies, la daga olímpica
que exhibo, también,
antes de someterme a su augurio…

Tus dedos tienen esa fijación,
revestida de universo;
me doy a la misma eternidad
que cuidas, tan bien,
en secreto y en público…

No hay comentarios:

Publicar un comentario