Leo la luz en tus ojos,
hasta el punto
en que dejas que venga
para atraparla,
trepando su origen,
a sabiendas,
que coloco mi mundo
a tu disposición
y no declino aprobar
expulsar de mi interior,
mi esencia, tempestuosa…
Me traes pegada al parpadeo
que descubre la noche matutina
y suscita
la rima bañada de aurora,
espada de agua,
atravesando mi cuerda;
estremeciendo hasta la última fibra;
mi lengua y su acusación
son acuarelas sonoras,
nadando desde lo subterráneo
al exterior,
soltando una química sutil,
nacarada,
como celosía,
en la que tu voz enreda
una señal al aire que me encanta;
crisol para la alquimia insondable
que no resiste mi alma…
domingo, 21 de agosto de 2022
Ápice Transmisor
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario