Hierve el brillo entre estos labios
que te insuflan los deliciosos relatos
que vienes a buscar,
diariamente…
Los velos del silencio,
con frecuencia,
se adhieren a esta manera
de entusiasmo por conducir
la raíz invertebrada de tu palpitar…
Enrevesada la ruta hacia el desafío;
la debilidad, en juego,
aplico la ternura,
como carta ganadora…
Te exaspera
el gusto exquisito
que mana de mis bondades;
la arista onírica
del egoísmo de una deidad
que fragua la estación erótica
y su andén, en mi saliva…
La muerte que protagonizas
deja arder tu alma deliciosa
en el fuego del más dulce infierno
con el que te pueda adorar,
hora tras hora…
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