Tu porte y postura
adquiere relevancia
cuando dejas caer,
con un toque de gracia,
cada vivencia personal,
dejando expuesta la coherencia
entre estructura y sentido…
Me persigues y persuades
hasta los huesos
y me dejo tocar por tu prestigio;
te dejo abordar mis voluntades,
haciéndome creyente del intercambio
con el que apabullas mi razón…
Me alientas a conseguir librarme
de los prejuicios inmortales
que no perciben la bondad
que rige los estadios de tu corazón…
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