domingo, 23 de junio de 2024

Delirios de Tierra y Mar

Me recojo en tu carne
y mis peripecias
escogen tu lengua nórdica
para confesarse a gusto…

Tu nombre se vuelve espuma
que ajusto a mis dunas de agua,
mientras respiro permanencia
en el oleaje de las sombras,
cuyo choque de esencias,
arrebol de tu fragua,
magnetrón, liberando la entreletra,
muestra lo mejor de ambos…

Llevo mi ilusión, a rastras,
por las calles azules
y constato
que todas sus esquinas son tu farola;
que ni la bruma me escarmienta,
cuando tu bóveda se abre
y acudes a mi encuentro…

Su compuerta es ápice de la noche;
la reversión del espejo,
la palabra que sosiega
al regresar de lo inmóvil
y prever la severidad irracional
de mi desnudez…

La perfección me increpa
y doy la talla,
mientras subsiste el clímax,
sin desmontar
lo urdido a través…

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