Qué saco yo,
si no hay modo alguno
de librarme de tus ojos;
más bien te busco
y tú me agredes
con tu temple provocador…
La incomparable extensión de tu figura
sólo se asegura
de romper la distancia
y hacerme estremecer
con su esplendor profuso…
Viéndote
aparecer en mi lengua,
repleto
de recursos;
del vigor de tus vocablos,
modulo los tiempos
y cruzo la línea fronteriza
de los extremos,
conectándolos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario