Te me figuras,
como un mantra,
tapizando mis salones cerebrales;
enseñándome la enormidad,
como un diamante de sal
que resalta en un arrecife fantástico
y cuyo abanico de resplandores,
desaloja soledades…
Tienes la tendencia a colocarte,
como prioridad,
mientras corren tus relámpagos
por mis sensaciones,
succionando mi ánimo ofensivo;
arrastrándome a tu vereda…
El viento te escucha
y se eleva;
eres
canción de los pájaros;
luz giratoria
que despierta mis emociones;
molécula danzante
tragándose toda la atmósfera
que, entre sus más puras pinceladas,
nos recoge…
No hay comentarios:
Publicar un comentario