Flagelo

Tu presencia inunda los espacios;
suele accederlos, despacio,
sin percatarte, siquiera
de lo que provoca…

Y qué tormento
reconocer mi karma
en esa hoguera subcutánea
que grita, a todo fulgor:
Quédate conmigo,
si es lo que soy…

Tu ración de ruindad coloca
mis partes privilegiadas
entre tus dedos,
mientras la huella de tu paso por mi superficie,
me encamina a la extinción;
me lanza
al derrocamiento;
al total desperdicio de mis aguas…

Derramamiento y desembocadura;
dispersión demencial,
tronar de azúcar
en un rompeolas…

Me inmola tu rito de iniciación;
el bautismo de tu manantial:
el sello holográfico
que transforma,
hasta lo más mínimo
en barbaridad…

Panorama

No es suficiente,
enredarme en la fisonomía escénica
que reluce en los cuerpos,
cuando se experimentan
más suyos que nunca…

La luz indefinida y su pose,
me pone a admirar cómo fosforesce,
saciado el fondo;
ensanchado su entorno,
panorámico,
como un canto victorioso de la esencia…

Encaramada
en tu visual fecunda;
en los perfiles que te arrancan
de la lengua,
los versos más hermosos,
descubro el acoso victimario
que somete lo que digo…

Arrastro los peldaños
por las pisadas inestables,
cuyo rumbo fijo
a ratos, más lejos
a ratos, más cerca,
me llevan siempre contigo…

Vértigo Detonante II

Cautivas,
mi lengua y mi sien;
revestidas de tu enredadera de palabras
que tiene a bien,
una afición inevitable
por la probabilidad del extravío,
traman, contigo,
la periódica coartada
que libera tu expresión en la mía…

Tus átomos encuentran
la combinación precisa,
sabiendo la atracción
que se relame de tu boca mojada…

Me sabes atada
al balbuceo incriminador
que, como río de silencios,
revela, del sonido, la sustancia…

El color se agita,
locuaz,
me transfiere la vibración
que me avienta al abismo de tu pecho
y rompo en pánico…

La adhesión abrumadora
me otorga la fuerza
para descubrirme en revuelo…

Y me explayo,
no me comporto y me acerco,
medio sexi,
tan sexi,
tan fuera de mí…

Tantas formas de morirse
y yo te escojo a ti…

Rampante

Me rebelo
y te declaro mío;
recobro los más oscuros deseos,
justiciera
y los añado a tus escalofríos,
a costa de romper equivalencias,
porque confío
en que no ha de suceder,
de ninguna manera…

Me rehago,
con sumo cuidado,
procurando envolver lo que toco
en un fragor de tormenta,
en el mismo lugar
donde el fuego crece,
imperturbable,
cada vez que te llamo…

Me difundo,
con el deseo agitado;
como un trago que encadena
lo más sobrio
al afán de unir soledades
y se desborda del vaso
de la vieja índole
con la que añades lucidez…

Viaja el ahora en espirales,
a la vez que no existe más…

Soy, cuando dejo que fluya
lo intocable del misterio
en mi lengua,
cuando descubro el coraje
de ventilar su espesura;
cuando, tangibles los silencios,
se besan…

Insoportable

Nuevamente,
convidas a tu sueño
mi melancolía,
y retorna la palabra inexistente,
sin excepción…

Te muestro
la invención de esta lengua mía;
el desfile secreto de tu sabor
que se apodera de su humedad,
hasta que gime el éxtasis…

Contienes el disfrute
que se alarga,
al repetir la caída
hacia el vaivén
que me guía al límite de lo sabido…

Mi piel estremecida
se vuelve tu nido
y naces
y te bebes el aire
y eres el aire,
ebrio de mi lozanía…

Exacerbas lo que tocas,
al contar con el beneplácito del cosmos
y tu cercanía me arroja
a los planos
de un apocalipsis copioso…

Vislumbre Paronímico

Cuando pasas
y posas tu idea en mis labios,
tan suavemente,
la devoción se impregna
en tu propia lectura…

Al advertir el increíble desastre,
adapto el compás que me mantiene
adepta al balanceo de tu lengua
y adopto la postura
con la que, tú y yo,
congeniamos…

Pisas el suelo de otro mundo
y me llevas a tu lado;
cruzo,
del deslizamiento a la sujeción,
en un parpadeo,
mientras revelas tu intención
de ahogarme de tu silencio
de una manera natural y sagrada…

Cuando pronuncias esa sensación,
me encanta,
como lo que transmite esa luz habitada
que me hace advertir tu poder,
desde el primer momento…

Vienes y tomas el cumplido
con el resto de lo que queda de mí
y cumples la promesa de regir
los relámpagos de mi cerebro;
la organización de mis células…

Soy víctima de mí;
de mi propio arresto,
cuando miro por el ojo del mundo
y me apego
a la voz de una luciérnaga…

Sublimación III

Coquetea, secretamente,
la casualidad
con lo que me trae contigo
y se desplaza,
como el infrasonido
por el espacio subliminal,
abordando la carnosa simbología
que se convierte en acoplamiento...

Tirita, en medio, el silencio
que va descifrar
el hambre de la luz
que me mantiene concentrada
en tu boca...

Su ritual de sombras
consagra
el sentido de la clarividencia
y, su fuerza hundida en la candencia,
contesta con suspicacias,
mientras te atreves
a penetrar mis emociones..

Alarde exponencial;
travesura de los dioses.
la dificultad de concebir la palabra…

Todo para que mis arcoíris se subleven
y, en superávit de colores,
con el instinto carnal, en boga,
contemplen, cada noche,
la psicodelia en consonancia…

Delirios de Tierra y Mar

Me recojo en tu carne
y mis peripecias
escogen tu lengua nórdica
para confesarse a gusto…

Tu nombre se vuelve espuma
que ajusto a mis dunas de agua,
mientras respiro permanencia
en el oleaje de las sombras,
cuyo choque de esencias,
arrebol de tu fragua,
magnetrón, liberando la entreletra,
muestra lo mejor de ambos…

Llevo mi ilusión, a rastras,
por las calles azules
y constato
que todas sus esquinas son tu farola;
que ni la bruma me escarmienta,
cuando tu bóveda se abre
y acudes a mi encuentro…

Su compuerta es ápice de la noche;
la reversión del espejo,
la palabra que sosiega
al regresar de lo inmóvil
y prever la severidad irracional
de mi desnudez…

La perfección me increpa
y doy la talla,
mientras subsiste el clímax,
sin desmontar
lo urdido a través…

Explícito

Reacciona la censura
que nos huye
para que ocurra el milagro,
como vengo soñándolo...

Me eres atractivo
cuando caigo en tus ojos
y, junto con ello,
ese lado azul que sostiene lo que eres,
me vuelve, inconsolables, los suspiros…

La retórica de conexión,
procesa los silencios;
confronta la osadía resguardada
con su alarde enfermizo
y seduce
mis luces y sombras...

Todos mis fragmentos se frotan
con tu corriente subterránea
y se conforma la parte
desde donde mana
el más cruento de los ataques…

Vínculo Superior

Me abro, lento, a tu necesidad
de escrutarme;
de quedarte con lo que sientes
que colma mi lengua,
por derecho o mérito…

Mantienes viva la sensación
que me arroba,
alcanzando, con ingenio,
la ilación completa
en los casilleros de mi crucigrama…

Arriesgo todo el vocabulario
al no soltarme de tu boca
y, sin tener cuidado;
a riesgo de perderme en las formas
que posees de provocar al silencio,
voy por tu alma…

Creo saber leerte,
cuando aparece tu palabra mágica,
anexando latitudes…

Entiendo que me aludes
al descubrirla,
fulminante,
como un presentimiento
de palabras mayores…

Distinguirme en tu respiración,
con sólo mirarte,
incrementa el aire o lo abrevia
para que suceda
la penetración de tu universo
y engalanar cada noche
con una corriente de estrellas…

Vastedad

Tatúas con el cristal de tu luz
la promesa de fundar,
en mi sangre,
tu santuario;
fecundar el silencio
con el germen sagrado
que vierte tu lengua…

Tramada por tus ideas,
emerge un mundo,
lleno de alegorías
y sucumbo a la agonía de la humedad
que me abre tu aliento
para la celebración literal
que estampas en mi cabeza…

Complotados tú y el universo,
aceleran el hito que me deslumbra
y reverbero iridiscencias,
acariciándote con aromas y colores,
mientras me arranco los verbos…

En torno a los telepáticos vértigos,
donde abunda la beldad de tu tacto,
se expone la verdad insondable,
excediéndose,
declarándome
su más perfecta criatura…

Sin modales, sólo me queda
rechazar la absurda teoría del orden
y, sin vacilar,
acampar en tu mirada,
porque no hay alcance que mida,
la inmensidad de tu noche…

Balcones Electrónicos

Vienes y no,
con voraz intermitencia…

Cuando lo haces,
te aseguras, primero,
de volarme la cabeza
y, a continuación,
acelerar mis latidos,
hasta que tienes toda mi atención…

Contigo,
es todo o nada,
sin término medio
y, es que la obligación
que enrola tu voluntad,
vive alejándote de mis ojos…

Pero una vez más,
transitorio,
me das a probar
del licor de tu lengua
que se desvive
por brindarme un placer inaudito…

Y lo consigues,
te siento acunar mi vacío
en el que te dejo caer,
estrepitoso,
para sacudir, entre tus labios, mis augurios…

Te dejas llevar
y tiene todo el sentido del mundo,
ver extraviada la larga distancia;
ebria de la forma en que disiente
el reproche de mis poros,
al formarte parte…

Sin poder desconectar,
la disolución prematura
de aguantarme las ganas,
en pos de lo imposible
de desmantelar
la certeza de tu retorno,
inevitable…

Diadema Pineal

Regada por mis hemisferios,
la pronunciación de tus enlaces
enfoca directo al corte pendular
donde reconoces
la lucidez de mi sueño…

Velar por la sorpresa,
me quita de mí,
para, en ti,
verme completa,
mejor,
radiante…

Retorna la noche
que va a romper el hielo,
porque me traes,
con la embriagante desazón
de sostener lo más hermoso
entre dedos y frente…

Llámalo
elogio o diatriba,
hacer, del silencio, un arrebato;
materializarlo,
hasta volver amable el altercado
que nos confronta las fantasías…

Encarnarlas, nosotros,
merecidamente
y subirse al carro de la victoria;
fusionados de por vida…

 

Inasible

Una turba de nebulosas,
está latiendo
ante la fusión que escurre lo incognoscible
a través del espacio desatado
entre tú y yo…

Me tocas y sigues tocando
y estalla un estrépito de luces,
mientras la intimidad
va desfilando frente a tu universo;
desafiándome con su perfección de ensueño,
soñándome en suelo opuesto,
como polen y libación…

Me muestras un puente
que emerge,
formando una vorágine de colores
donde moldeo el prisma
y cuya dimensión
alcanza ascendencias arrebatadoras…

Impulso que crece
en vertical
para, sin dejarlo pasar,
descubrir tu lengua isomórfica
con el viento
que, insistente, me vuelve a tatuar,
con la ingeniosa precisión
de cada uno de tus versos…

Bohemia del Alma

Esa luz que se mece conmigo,
cuando la irradias
al sentirte bajo el efecto hipnótico
de la noche y su palpitar,
me tienta
a improvisar una caída
en tus aguas turbulentas;
descarrilar el mimetismo
y verme envuelta en tu odisea…

Eres un faro que me busca,
pellizco astral
que excita mis células,
llevándolas a una danza endemoniada…

Invierto en ti
mi ondear de musa;
mascarón de proa
ese vahar que expulsa,
con todas mis ganas,
un aura de rocío
que conmina el hambre del delirio
y se vuelve mi sello personal…

Tu escritura,
en los puertos de mi alcoba,
la embriaga, conmigo dentro;
su rol encaja,
como una arista a incurrir
para que me rebata el silencio
y dejarlo cubrir mi boca,
tan desnuda,
como base de datos por abrir
ante la exploración de tu experiencia,
retozando…

Las alturas me hierven
con prematura consternación
y declaro, inevitable,
lo que provoca acercarme
a los ribetes de la más pura satisfacción…

Anexión Inconsciente

Hay un símbolo flotante
que me alude,
arqueando mi postura
para encontrarlo de frente a mi lengua,
procurando recordarme lo no lineal,
como una constante,
hasta formar un cruce de sombras…

La rueda del equilibrio me conduce
por una atmósfera que crece,
vertical,
con la decisión de embarcar tu mente
en mis desvaríos,
confesándote que soy
el mensaje en tu botella;
destino del alma incontrolable;
aire y marea
que ondea tu orilla
y la marca,
desesperadamente,
con el delirante deseo
de vivir posada en el mineral
que lo funde a tu vertiente…

Tu Causa

Te pido que vengas
y bajas,
te vienes encima;
anudas el cielo a mi lengua
que crepita y canta
y mi cuerpo es lo que sigue,
loco de sensaciones…

Me subes a tu nube
y, deseosa del giro extraterreno,
convoco arreboles
con la ciencia poética,
latiendo bajo los párpados…

Añades tu parte invisible,
todo alborotado
y haces alarde
de salivar trascendencia,
cuando me dices hola
y, entonados los silencios,
se evaporan…

De eso se trata, a fin de cuentas,
estar en tu radar
y proveerle la ubicación puntual,
haciéndote poseedor
del ennoblecido instante en que te jactas de mí…

Debido a ti
desplegada en el hecho de saberme,
queriendo más,
resucito en la abundancia
de tu disposición,
flexión que enrola mis dedos llameantes,
encendiendo la réplica,
mientras replicas,
en concreto,
el instante del amor…

Reflectante

Qué saco yo,
si no hay modo alguno
de librarme de tus ojos;
más bien te busco
y tú me agredes
con tu temple provocador…

La incomparable extensión de tu figura
sólo se asegura
de romper la distancia
y hacerme estremecer
con su esplendor profuso…

Viéndote
aparecer en mi lengua,
repleto
de recursos;
del vigor de tus vocablos,
modulo los tiempos
y cruzo la línea fronteriza
de los extremos,
conectándolos…

Impetración

¿Cuánto de ti
colocas en mis ojos?

¿Cuánto…
en mi lengua
en mis manos…?
que puedo
concebirte todo,
dulcísimo y espontáneo;
arar el suelo transparente,
donde siembras un aleteo de mariposa,
casi a diario,
para ver arder el destino,
cuando me recuperas,
doblemente incrementada…

¿Cuánta poesía tuya
nada en mi sangre?
¿Cuántas rimas
bombean
mi pecho y frente?

Ruedo en la fortuna
de que selles tu piel en mis labios
y rezo,
rezo,
al ángel de las palabras,
encuentre las que considere
facilitar el instante
que presuma enredarlas…

 

Delación

Esa luminosidad que empleas
para traerme del otro lado,
bruñe la versión
con la que te encuentras;
ésa que se acusa sola
tras perforar las dimensiones
y quemarse por tu consideración…

No hay caso,
con tu lengua adquiero
un lustre maravilloso
y, esta transformación
que disfrutas saborear,
me vuelve
irresistible;
digna de pronunciarme en tu presencia,
como un brillante espectáculo del cosmos
que se cristaliza…

Y me temo que no ignoro
que es tu visión
la que me transforma,
en tu futuro posible,
diga lo que diga…

 

Silencio Carnal

Hierve el brillo entre estos labios
que te insuflan los deliciosos relatos
que vienes a buscar,
diariamente…

Los velos del silencio,
con frecuencia,
se adhieren a esta manera
de entusiasmo por conducir
la raíz invertebrada de tu palpitar…

Enrevesada la ruta hacia el desafío;
la debilidad, en juego,
aplico la ternura,
como carta ganadora…

Te exaspera
el gusto exquisito
que mana de mis bondades;
la arista onírica
del egoísmo de una deidad
que fragua la estación erótica
y su andén, en mi saliva…

La muerte que protagonizas
deja arder tu alma deliciosa
en el fuego del más dulce infierno
con el que te pueda adorar,
hora tras hora…

Elegibilidad

Me hundes en tu cerebro,
tan hondo
que no reclamo,
sino el cable a tierra
para desconectarlo
tan pronto,
como hallo la definición
de satisfacción
que me expone a tu lengua…

La estática acude a mi sobresalto
y tus yemas, también,
mientras los caminos traviesos
que escogen,
liman los vértices
para ondular las formas
en que me comunicas tus deseos
con el más perfecto de los silencios,
mientras coges mi luz
y la potencias…

Es de una simpleza
lo que abocina mi interior,
pero le das el poder de celebrar
verte rendido a su magia imperante…

Inagotable, tu insistencia,
conquista todo alrededor,
hasta que no existes,
sino tú,
en mi cabeza
y en mi corazón…

Polémica

Cada palabra tuya
que toca mi lengua,
es mi causa de ahogo…

Te escucho
acaparar mi silencio
y, a causa de esa sensación
que evocas, con fuerza,
me evaporo…

Eres la delicia
que oxigena mi figura,
mientras la emoción cristalina,
opuesta a la censura
y con su insuperable privilegio,
hace de mí
tu mejor opción…

Completas
la elegante ecuación
que origina la teoría que resuelve
dejarme en tu flujo
y procesar lo que desposo…

Me curo con un alarido imponente
y, por las ramas de la oscuridad,
afronto el terrible efecto,
de apartar la sobriedad
y desbloquear la perfidia,
haciéndola desfilar
por tu saliva…

Temible

Siento el afecto,
como una fascinante euritmia
que borbotea y robustece,
como novedad sin límite,
tu cercanía…

No tarda mi mente
en abrirse
al encontrarse en desamparo
por causa de su despertar abrupto…

Tengo apetito
de tu encanto y gusto
por la insensatez
con la que vas,
contagiando;
laceando mis ganas de atrapar lo inesperado
y salir volando por tu piel…

Una confusión
que me perturba, al máximo;
una especie de escarmiento
que busco sin comprender
sus graves consecuencias…

Ahogada en la discordia;
con la lengua inmersa en el mutismo,
ante peligro de cruzarme con tu boca,
me aseguro tus deslindes,
perdiéndome en la cosecha tempestuosa
de Eros y Psique…

Perpetración Sanadora

Legitima, mi escote,
lo irrompible de tu capricho
y tiemblo,
cuando ventilas tu condición de arrojo,
mientras enumero las ventajas
de que me mires con deseo aleonado
y, poco a poco,
me deje, ronroneando tu cercanía…

Te seduzco
ideando el plan que arrope tu silencio;
explorar el lado oscuro del infinito,
mientras el aire escribe un discurso metafórico,
intuyendo
el núcleo de eternidad;
el canto simétrico del agua
al penetrar, pecadora, los templos humanos;
ser
la huella de tu paso;
plegaria en alabanza;
un poema excepcional,
a fuego grabado…

Tertulia de Vidas Pasadas

Al combinar todas las muertes,
tuyas y mías;
conservar, latentes,
las pruebas de la existencia,
hago de mí, tu aporte fundamental,
prospectiva,
amparando este periplo
de convergencias…

Me tomo el sitio
que te indica,
asegurándome de dulcificar el episodio
que tiene como propósito
hacer descollar la sinergia…

Percibes con la luna,
la distorsión de mis palabras,
mientras tu respiración
comienza a impetrar por la luz
que recobra tu poesía
y se instala,
urdiendo zigzagueantes intermitencias,
acelerándonos el corazón, por completo…

Tú,
inspiración de las musas;
insuperable provocación del alma;
proporción áurea que se moviliza,
como autora de mis facciones;
partícula de dios
que compone los sonidos
y reflota los decibeles
que van a completar la escena
consistente,
de todo lo que fuimos,
somos y seremos…

Ethos

Tu porte y postura
adquiere relevancia
cuando dejas caer,
con un toque de gracia,
cada vivencia personal,
dejando expuesta la coherencia
entre estructura y sentido…

Me persigues y persuades
hasta los huesos
y me dejo tocar por tu prestigio;
te dejo abordar mis voluntades,
haciéndome creyente del intercambio
con el que apabullas mi razón…

Me alientas a conseguir librarme
de los prejuicios inmortales
que no perciben la bondad
que rige los estadios de tu corazón…

Pathos

Te me figuras,
como un mantra,
tapizando mis salones cerebrales;
enseñándome la enormidad,
como un diamante de sal
que resalta en un arrecife fantástico
y cuyo abanico de resplandores,
desaloja soledades…

Tienes la tendencia a colocarte,
como prioridad,
mientras corren tus relámpagos
por mis sensaciones,
succionando mi ánimo ofensivo;
arrastrándome a tu vereda…

El viento te escucha
y se eleva;
eres
canción de los pájaros;
luz giratoria
que despierta mis emociones;
molécula danzante
tragándose toda la atmósfera
que, entre sus más puras pinceladas,
nos recoge…

Logos

En tu lengua descansa,
simple y llanamente,
mi martirio…

Poco antes de
sacarme de tus formas románticas
que viven moviéndose,
repletas de armonía,
me llevas a tu boca
para dictarme el veredicto…

Encauzas
estadías perdidas;
tardías despedidas,
añadiéndote a mi cuerpo;
dorando sus movimientos
con el calor de sus desfiles…

Le agradas a mi intelecto
y mi corazón se derrite,
mientras tu expresión
me llena de su verdad…

Te miro reverberar
y saboreo tus argumentos;
hundo la entraña
en la lógica que considera,
hasta los puntos muertos…

Revelaciones IX

Diviso
los pétalos del viento
y sus puntos cardinales;
demudo el mundo
con los ojos y la lengua
y de todos, a la vez,
humano, animal, planta, piedra,
me hago parte
al nadar por los elementos,
como raíz, calor, pez y ave,
siendo
hierofanía pura,
una obra de arte…

Me traes entre manos,
como el plan que se asegura
el mapa de conquistas
y todos sus tesoros…

El mosaico que incorporo,
está
llenando tu mente de ideas locas;
aperando de emanaciones tu saliva,
mientras me parapeto en tu boca
para escribirte y hacerte saborear
el alma de los sonidos…

Trepo por tus pestañas
para abalanzar mi cuerpo musical
sobre tu piel melómana,
hilando brillo…

Y mi voz danzante,
rumor que se agacela en tu aliento,
va adentrándote,
gozosa,
en lo más íntimo
de un ritual de ensueño…