al despuntar tu silencio;
llenas de energía
los colores de mi alma
y son mis labios un privilegio
de temblores implorados…
Un soplo ileso
que arranca el deseo enfundado
en un suspiro,
cuando el aire dolido se eriza e irisa
mis suelos sensores,
detectando cada microscópica ración de magia
que surge y recorre tu lengua…
Hecha agua,
arremolinada en tu saliva,
paladeo el empolvado escenario del tiempo
y tu piel flamea en el abrazo
de un cielo anochecido,
elevado a un sueño…
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