viernes, 22 de abril de 2022

Carcelario

Tu trazo deliberado me encauza a la locura;
mi lengua en asedio
por el dulce titubeo
que rezumas,
localiza la puerta secreta a tu guarida;
me crezco en la eufonía de tu aroma;
fluyo y se desborda
el eufemismo de tus ojos incendiarios,
progresión implacable del sometimiento,
cuya persecución diseña
el arranque del perímetro de un silencio
que no acaba,
adjuntando la riqueza interior
al lienzo de mi alma…

Tenso la piel, descubriendo
la presión adecuada,
hasta alcanzar la tortura del reclamo,
un juego elástico que sostiene las sombras,
equilibrando el roce absoluto…

Lamo la luz de tu boca
y cruzo el centro del infinito
para transgredir el cerco,
alimentando tu apetito creciente
con el placer más puro…

No hay comentarios:

Publicar un comentario