Cierro la voz
e inhalo el receso,
que encuentra mi amapola
sola, encogida
sin el trigal de tus besos…
Bebo un cuarto de lágrimas
y la mitad de un otoño cruento…
Y aún la piel del silencio
seco sin tu aliento,
besa mis poros helados…
Transición de mi luz,
suceso aciago…
Nado en la ruina
-caricia asesina-
de un pensamiento vil…
Agujereada libertad…
Me permito morir,
agredir en defensa propia
esta inopia de ti…
No existo más…
Me arropa tu ausencia dormida
y el océano disuelve mi humedad…
(26.12.11)
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