Arrulla el viento
sus gaviotas invisibles
en mi alcoba de arenas
y el barco de los sueños
atraca en mi isla…
Avanza invencible
tu océano de acuarelas
que despedaza mi sombra
y mece sus coloridas olas
mi orilla…
Un mosaico de piedras preciosas
jadea en el ojo del octavo mar
y en su clara nocturnidad
atisbo tu mirada…
Mi tesoro vital…
Bravío huerto de savia…
Soberana deidad…
Eterna princesa me llamas
de tu reino de prosas…
Y en copas azules
un brindis de estrellas
me bebo de tu boca…
Macilento el tropiezo
agrede su propia visión
y en la fascinación
deduzco tus misceláneas sendas
al encontrar tu corazón…
Multiplican los tapices reales
y el Astro de mi despertar
-cascabel cósmico-
vierte un recital de fuego
que asegura contigo
su vuelo a la eternidad…
(12.01.12)
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