Los caminos espirituales
besan los sauces de mi alma,
que lloran verdes madrugadas…
Derramo un boceto de luz
sobre la quietud que me regalas…
Despliego mis pacíficas aguas
en tu caudal de sangre
y sumerge en mí
tu sed embriagante…
Me lleno de ti…
Cruje la cúpula del aire
y su cristal se deshoja
cándido, incólume…
Gruñe involuntario el latido
y luminosos fractales surgen…
Volatilizan las campanas
de nuestro templo
y la vibración extrae del baúl
los ancestrales papeles…
Forja en témpanos de fuego
azules jeroglíficos
y nos rozan las alas sus relieves…
El silente tañido de la palabra,
diáfana claridad que clava
su lanza en el centro
de nuestra encrucijada…
(23.12.11)
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