Envuelta
en tu perfume de zafiros,
fluyendo al amparo de tu silueta
hecha perla lunar,
emito llamaradas de suspiros…
Diciéndote que soy esa,
que sin ti no vive
y que no hay segundo
que no encienda
mi Voz por tu ser sublime…
Un puñado de silencios escribe
una página de seda…
Y puebla de versos mis jardines,
muriendo las nubes de piedra…
Monto el Rocío, de arena vestida
y la humedad me marca tus huellas…
Florece en mi orilla
una guirnalda de estrellas
y al borde del viento
con mi inmanente ofrenda
saludo a tu lengua,
porque ya estás dentro
en comunión, tu líquido Sol
con el idioma de mi existencia…
(17.12.11)
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