Si pudiera tocarte mi onírico canto,
y encestar su melodía
en el azul de tus labios…
Hablaría mi roce,
aplaudiendo tu pulso acelerado
y mi lengua
recorrería tu desván tembloroso…
El brillo jubiloso
de tu cuerpo sonriente,
navegaría mis disueltas palabras…
Y en los prados ardientes,
desde el fondo de mis ganas,
atravesaría mi savia
tu Sol naciente…
La aventura de mis dedos
-toboganes de fuego-
incendiarían tus edenes…
Por cada beso,
honor precedido,
precisándote siempre
conmigo…
Blandiendo un lecho
para tus aguas
-bosque de espuma-
Locura rebelde…
Batiendo mis olas sin ventanas
sobre el vaivén del ocaso
y la noche en nuestra boca
acomodándose segura…
En su cuartel, derramada,
presa de tu sortilegio,
mi Luna…
Y en la piel de tu sueño,
mi mañana desnuda…
(03.01.12)
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