Un diluvio de sombras claras
recoge el lago de mi sueño
y sus destellos,
al sumergir mis aguas,
inundan mis ojos de noche
y mi playa de misterio…
La ciudad de arena
cuenta sus mil estrellas
sobre mi rostro…
Riega el beso ciego,
que ensarta mi rosa
en tu desértico silencio…
Me susurra tu pensamiento,
sendero azul hacia tu encuentro…
La hora del crepúsculo
se abre ante mi espejo,
-líquida plegaria-
gravitando los ocultos candeleros
y los cirios que por tu soplo
encienden su fuego…
No me ve tu ventisquero
y aún camino su orilla
haciéndome luz bajo tu lucero…
Mi Luna aventurera
no te olvida,
Estratega del cosmos,
cuyo movimiento
colinda todo aquello que yo quiero
y que por Ti conozco…
(26.12.11)
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