Como un cristal humeante
cuidadosamente salvado,
invado el roce de tu destreza,
resbalo haciéndome presa
insalvable de tu tacto…
Son tus tonos estrellados
los que humectan mis silencios
y el coqueteo no resiste
lo cimbreante de tu verbo…
Manantial exquisito
que fisura mis palabras…
En tu mirada…
Desengaño a la espera,
saciándola de tu miel
-alucinante coctel-
Un aullido en tu ventana
lame el deseo de piel
y choca mi terciopelo claro
el encanto de tu ser…
Con mi lengua lunar,
degusto tu azul infinito
que me perdura
y al mar de tu locura le grito:
Soy tuya,
soy tuya nada más…
(20.01.12)
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