Descubro que tu arsenal
carece de lo que luzco en abundancia
y enfilas tus dedos
hacia esta dirección extraña
que ve brotar cada palabra
en mi interior,
como una presea orgánica…
Me encuentras
despistada;
con la ventana a medias
y tu malabar de insinuaciones,
completa su objetivo
y te llamo ladrón;
consecuencia intempestiva
de mi delirio…
Tu acento extradimensional
consigue toda una oda
que traspasa la custodia
que me recoge, en comunión,
haciendo explotar la fantasía
más allá de la percepción…
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