Todo a tu alrededor,
se esmera en atraerme al gesto
de tu lengua peligrosa,
expidiendo su dilema
para dejarlo correr,
como una luz secreta por mi boca…
Es que imanta tu intelecto
y me reconozco en él;
sé que te inspiro
y, a posta, me deseas
contigo,
llena de poder,
reclamando el despojo de tu visión
al lanzarme a bordo
del tormentoso rugir de zafiros,
vívido placer en comunión…
De parte a parte,
tu arte cósmica,
es estruendo de la noche
en mi propia piel;
silbido que entrelaza los silencios
y suelta el molde
con la nitidez
que deja que las palabras despierten
el rincón cambiante del horizonte…
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