Altísima Sustracción

Meterte en la grieta diminuta
que sondea el pálpito
desde que nace,
hasta que descubre
tu paradero sentimental,
te hace
salvador de mi lengua;
intermitencia que captura
todo lo demás…

Me haces arder, sin despistarte
de lo que obtienes,
premeditado,
apocalíptico,
redondeando en mi pecho
los números para salir con el beneficio,
bribón de mi desnudez extrema…

Apagas la voz de la penumbra
y vislumbro, tras la repetición
que acelera tu involucramiento,
tu clase magistral,
donde aprendo
que sólo queda tu paso,
abriéndose desde mi nervio cinético
a tu curva de intrepidez;
coronando el lazo
que da pie a una felicidad
que muestra la tentada anatomía,
comatosa, también…

Traes la noche en los espasmos,
bohemia, tentando el instante
que rompe en prósperos añicos
y que arrebata un suspiro
al inculcarme un fuego
a la medida lacerante
del delirio…