La rebeldía
que carga tu lengua,
fluye esencial;
el reflejo
donde tu medida en la mía
se asegura el hecho
de continuar,
saltándose la advertencia de peligro,
sólo revela la naturaleza compartida…
La afinidad resplandeciente,
tendiente a acoplar,
sin eludir
las cargas polares,
magnetizan las palabras
para salir en busca del otro…
Tiritan las curvas
ante los ojos que refulgen,
al tomarlas
y el incomparable sabor
que destila tu boca
se bebe mi desnudez…
Como lo hace la avecilla,
ignorando
que cuando entona su canción,
alimenta todo mi ser…
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