sábado, 18 de enero de 2025

Ardientemente II

Enredada
en los laureles de tu ánimo;
en la blancura extraordinaria,
que despliegas frente a mi atención;
en la dulzura
que va y viene de tu lengua
en una malversación de caudales
propios,
cuyas autonomías en acción
se entregan,
una a una,
a mi propósito…

Puedo sentir
que me rodean tus ángulos
en una vorágine de aciertos
y reacciones
y tú,
empuñando un rubí,
lo depositas en mi cuerpo…

Tus palabras son vibraciones
que me llevan,
sin nada que me cubra,
por tus sendas de porfía;
son,
como el candor
de una luciérnaga
o una estrella al mediodía…

Empujan mi obstinación,
como una luna a medias
o una flor pequeña,
hacia su propia evolución…

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