Tu música
hilvana el ambiente
con argénteas bocanadas;
lo encandila
y sintetiza las sensaciones,
propiciando el vuelo invisible de las palabras…
En coordinación
con la convergencia de mi tacto,
se impone
para darle
un regalo al intelecto;
un disgusto a los relojes,
mientras, asidas al baile de tu lengua,
burbujean mis ansias
de acapararme,
una a una,
todas tus noches…
Me proveo del sistema
que se rige
por las normas fracturadas;
por una enorme oleada de rebelión,
cuya luz emancipada
mantiene, en equilibrio,
los espacios adyacentes…
Temes mirar y verte
sobrepasado por lo que exhibo;
percibirlo,
como un pájaro en tu espalda,
nacido para volar
sin saber dónde vas
a encontrarlo mañana…
No hay comentarios:
Publicar un comentario