lunes, 2 de septiembre de 2024

Inmutación

He soñado este momento,
tantas veces
y a ti te suena, también,
haberlo hecho…

Tienes
la precaución
de no tenerla;
de detenerla,
cuando me tocan
tus labios interminables
para, luego, confiscar todo mi ser,
como tributo a las almas…

Fulguro,
mientras me empapa
tu condición etérea;
mientras erosionas la piel de mi carne
y tu lengua
se proporciona de más,
al azogue de mi rebeldía…

Lo que queda atrás es
la distancia
cuando se posa la cercanía,
en tu desnudez,
como aliada,
dedicada sólo al afán de encaramarme
sobre el borde de tu vanidad
y jugar con la avidez de mis ojos…

Apareces para no dejar de hacerlo
y me asomo a la detención
que escoge la melodía visual,
nada típica
que arropa las ganas que tengo
de rendirme,
desapareciendo,
en cada sílaba de la fascinación
que late en tus caricias,
como síntoma del embeleso…

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