Jactancia

No me privo
de profetizarte a mi lado;
de escribir en los diarios de mi piel,
de principio a fin,
tu manera de ceñirme a tus ojos
o cómo emerges del polvo,
para soplar cada detalle
que quieres ver aparecer
en el breviario del éxtasis…

Al no dejar de provocarte,
poseer la ventaja de tu adicción
y el destino geográfico
que prefieres,
cuando te vuelves
viajero de mi desnudez;
descubridor del gesto
que fastidia a la compostura,
desvinculando el quicio del umbral
y comprender,
por fin, el vicio de su apertura…

Bajo el ondear de cuarzo,
sobre las sábanas musicales del silencio,
la metafísica,
sigue actuando;
la atracción y sus recursos,
con la astucia de un coleóptero
y el aleteo de sus alas,
se difunde sobre nosotros,
depositando,
en bucle,
el mensaje misterioso
que nos ata…