Inherencia

Sólo permito
que fluya lo que llevo dentro;
que me ahogue
hasta hacerlo
desbordar de literatura;
que aflore,
incuestionado,
cegando lo que pareciera cierto,
considerando lo imposible,
como adecuado…

Rondo tus noches
y me halagas,
cuando me anudas
al reflejo del vórtice
que descubre tu galería musical,
despertando aquello que no conoces;
desesperando a mi mente…

Me enamoran tus ojos rapaces,
capaces de capturarlo todo,
diezmando el juicio
y, consciente de su rapto,
remontar el júbilo,
pellizcándolo,
rasgando el aliento
con la lengua llena de poesía,
para soltar el ser verdadero,
atendiendo el desafío
de construir un sueño
y su demolición al superarlo…