Atravieso la realidad
con un chip de luz,
ajustándome un fabuloso equilibrio;
la disposición de la congruencia,
mientras te respiro
en virtud de un poema…
Y es que haces rodar por tus pestañas
láseres que traspasan
la trayectoria de mi lengua,
atrayendo sus reflejos
hacia lo desconocido…
Impulsada
por el espíritu de la palabra,
cuyos mensajes estelares son
la agitación que escarba,
por dentro, mis formas,
como un susurro cardíaco;
el ring de un ímpetu
que no se quebranta;
que no cesa de vaciarse
en cada ángulo de mi ser…
Puedo reunir la sucesión
que modela, en esencia,
esta espectacular comunión
con un lazo que no veo,
pero se desdobla,
creando oleadas de placer…
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