Al incubar la vorágine silenciosa,
mientras sucumbe la noche
a tu asedio;
arrebatada por tu temperamento,
suelto un relámpago
que provoca el desbordamiento
que me aterriza
en el ágil desfile del agua…
Un juego fotónico
desprendiendo partículas de esoterismo,
moviéndose indistintas
por los espacios de tu alma…
Un hemisferio en torbellinos
que rescata la experiencia cósmica
de tenderme entre tus brazos,
tañendo el desvelo
de unas pieles dialogantes
sin juicio...
Agarrándome al vasto firmamento
que me contempla fulgurar
y que obra en mi lengua
el divino pecado de conectar
con lo que eres y soy,
al descubrir el nivel camaleónico
en su distorsión,
conforme a su totalidad…
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