Gira la melodía de tu corazón
con esa luz primaria,
tan suave y valerosa,
completando la cosmológica inmersión,
en conformidad con mi lengua…
Tus anillos de fuego
van regando una estela uniforme
donde quiera que vaya
y el gimoteo de las renuencias
no hallan espacio,
mientras entono esta solemnidad
con un redoble de suspiros,
espoleando el brocal escarlata
del más bello pozo de diamantes…
Basta sólo una noche
para desahogarme la exigencia
de esta dulce empatía
y comprometerte
con el ritmo que reconoce
la permanencia de la sincronía
con la siguiente parte
que concentra mi poesía atómica…
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