Me tocas y devoras,
espacio y estallido;
soplas los cristales del universo,
exponiendo la naturaleza del alma;
deformando el brillo
ante un fuego que arrasa;
que se amolda
a lo que se agita dentro,
fundido
para crear un instante filarmónico,
mientras coincido
con la irrefutable comunión
de tu aliento…
El ansia ruborosa agita mi corazón
que explota ante el entorno
de tu aglutinante reactivo,
acreditando la combinación
que revela lo elíptico de lo que siento
y su tira cinética,
fluyendo dentro de la órbita
de un mismo sueño…
Salgo a encontrarme con el anverso
de un calendario solar,
girando en tu envolvente signatura
en las afueras de una realidad
menguada por un azote de dulzura,
con la fuerza mística,
en histeria,
de dos lenguas en una…
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