Te das
y promueves el hábito
de moverme en tus tonos;
de congregar la piel de lo erógeno,
hasta consagrar
la efusión que liberas,
como pócima infalible
para quedarte con mi aire…
Me pierdo en tus palabras
y hallo las mías,
untadas de ese vuelo
que me lleva
por los espacios indescriptibles
que acostumbras…
Libre de atuendos,
descalza,
levitante,
danzo en las alturas,
dibujo un arrebol
y lo hago dialogar
con los jardines flotantes del silencio,
convirtiéndote
en sus colores y aromas;
en libélulas y mariposas,
reinando la quietud
que brota
delante de la luz imaginaria,
mientras me estremezco,
ante tanta plenitud…
No hay comentarios:
Publicar un comentario