La celeridad va irrumpiendo,
intransigente,
aullando por mis poros,
como ficción intimidante,
haciéndose con mi realidad,
donde tú,
frente a mis ojos,
te muestras accesible…
Nada más intenso que
sentirme prometedora,
sin saber qué decir,
pero diciéndolo todo…
Fluir con los ajustes persiguiéndose
para completar el diseño ideal
que acomodo
entre las sombras
y que decantan mi piel jugosa
sobre tu respaldo incondicional
para crear lo inefable…
Finalmente,
es el porvenir, tu silencio y lo reclamo;
mi dote, tu buenaventura;
cada instante,
un acople para reflejar
la infartante locura de confesarlo…
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