Recopilarme en ti;
declararme a merced de tu lengua,
permitiéndote meterte
conmigo;
con cada pequeño atisbo de orgullo
que atraviesa mi pensamiento
en un afán de salir ilesa del impacto…
Me propinas el asunto
al que le incumbes
y me ofreces pernoctar
bajo el mismo signo,
bajo el mismo elemento;
la misma carga y trasfondo…
Y, en tiempo real,
electrizar el silencio
con tu energía,
mientras abanican mis pestañas
el largo vacío,
donde caemos para llenarlo todo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario