Apartas lo que me acoge lejos;
paralizas su pretensión oscura…
Tiras líneas
que no rechazo y asemejo,
acerca de estados sutiles
por donde se fuga la verdad
de una realidad
que se hace humo…
Se resignan las sombras
a romperse bajo las nubes,
en la andadura del tiempo
y la huida del sol
se produce
en medio del impacto
que acopla los dos mundos…
Perlados,
por este azul de cristal;
tornasolados a su tacto de canción,
brincan los silencios
y, su empinado pestañeo,
es diapasón de plata,
metrónomo de una quimera…
Expulso los ecos del olvido
sobre tu piel,
porque ese aprendizaje
y su permanencia indefectible,
irreconciliable con mi consciencia;
ruge,
instantáneamente,
con el apareo que trasluce tus iris,
confesándote a tono;
notifica que va a tomarte preso,
para que colorees mi sonrisa
y encima, ingenioso,
me lleves de la mano
por el sendero de tu desnudez..
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