miércoles, 29 de enero de 2014

Exhortación Pura

Hay un renglón que no cesa,
demanda y sujeta…

Un silencio tan largo,
que se anida en mis oídos,
traspasando cuerpo y alma…

Un ángel en mis palabras
me susurra su saliva…

Tiene los ojos del agua
y las manos de la brisa…

Sabe de rosa y espina;
de lunas, playas y desiertos;
de estrella matutina;
de sueños descubiertos…

de la noche y su concierto;
de mi ataúd aprendido…

De colores, sonidos;
vibraciones y reflejos…

Como le huyo si le respiro;
si se toma de mi lengua
para que mi voz sea su nido…

Su instante definitivo;
sin demora ni ausencias;
fugaz incandescencia.

Eternidad de lo que somos, fuimos
y seremos…

(02.02.13)

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