Sólo a ti te besan mis violines;
la magia que amasa todo este silencio dentro del alma,
la inocencia escrita en sus cristalinos renglones…
Todas la estrellas guardan, en mi oscuridad, su noche,
mientras tú te abalanzas sin saberlo
sobre estos versos, ebrios de tu encanto…
Su místico poder besa las playas,
que aún adormecidas,
sangran el tiempo
y yo hago brillar mis labios
para atrapar tu atención
y estimular tu vuelo…
Soy el aire que agita
la expresión de la que estás sediento…
Tómame,
como la fotografía que se queda grabada en la memoria
y que llenará de luz tus pulmones,
tus huesos,
tu lengua,
tu ventana ansiosa del poema que represento…
Hazme luz en tu pensamiento,
reflejo de la ambición continua
de abordar todas las sensaciones;
música de una constelación sin nombre,
que debuta en el firmamento
de una galaxia recién nacida…
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