Me alteras
y perseveras en fundir a tu piel
mi claridad sensitiva,
almíbar y azabache
estruendo y jazmín…
Hay llanto, humeando en la cocina;
una luz, fundiendo cristales
y la música, sonando en los balcones
del silencio embriagado;
desterrado de la tierra de las cenizas…
Como un beso a medianoche
que hace temblar los espacios,
quiero más;
hurgar los suelos interiores,
abriendo paso a la magia esencial...
¡Todo brilla!
Y aún respiras en mi pecho;
aún navegas en mi frente;
tu voz me sopla incontables versos
que resbalan por mis planos y vértices…
No hay comentarios:
Publicar un comentario