Te vas sugiriendo,
de golpe,
puedo sentir las mareas salvajes
abrigar la condena efectiva de llevarte dentro…
Te originas en los planos irregulares
que despiertan las intenciones
de encontrar la salida;
aclimatándose
al estruendo que alimenta los efluvios;
falla que regurgita y hace temblar
la rama interior de mis contrastes…
Que se mueva mi epicentro;
que ajuste sus matices a la renovación
y emerjan, con urgencia,
los réditos del alma
que, esta perla, adora ser resguardada
por tu incorregible resplandor…
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