Y me atrevo;
vuelvo a lanzarme contra la noche,
soltándome de mí;
sobre esta alfombra de agua,
emboscada por tu luz y su hipnótico destello
empapándome de tu rasgo angelical…
Levantarme de lo real;
imaginar los senderos a tu cuerpo;
flanquear los precipicios y equilibrar,
en tu nombre, mi silencio…
Me has atrapado la voz de los sueños,
una y otra vez,
y no declino amparar el norte
de esta ruta a lo desconocido
que aviva mi lengua;
me permite sostener la pasión que te recorre
y avistar la poderosa fracción de infinito
que nos alimenta…
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