Relato Descollante

Tiendes a revelarme la tentación;
a derramarla, imperativa
y ya cuelga mi carne,
de tu acústica tentativa;
cada palabra se suelta del aire
en el recorrido a tu retórica
que choca, profusa, con mi saliva…

Me ausculta tu lengua de cristal
agudísimo
y se integra con él,
la morfología de la mía,
creando un clima contiguo,
mientras me inundo de tus ojos…

Eres la embriaguez del universo,
mirándolo todo,
arrojando el velo caduco de lo efímero,
sin evadir el peligro
de una dimensión que desconozco…

Estoy loca por descubrir,
arropada por el ímpetu
de su síntoma orgásmico,
el atraque a tu muelle de agua…

Me mantienes atada
a un sinfín de paisajes en movimiento,
entablando iridiscencias
que nos flotan y fluyen,
como la tormenta de Júpiter,
desde dentro…

A Dioses Ermitaños

Me tocas y devoras,
espacio y estallido;
soplas los cristales del universo,
exponiendo la naturaleza del alma;
deformando el brillo
ante un fuego que arrasa;
que se amolda
a lo que se agita dentro,
fundido
para crear un instante filarmónico,
mientras coincido
con la irrefutable comunión
de tu aliento…

El ansia ruborosa agita mi corazón
que explota ante el entorno
de tu aglutinante reactivo,
acreditando la combinación
que revela lo elíptico de lo que siento
y su tira cinética,
fluyendo dentro de la órbita
de un mismo sueño…

Salgo a encontrarme con el anverso
de un calendario solar,
girando en tu envolvente signatura
en las afueras de una realidad
menguada por un azote de dulzura,
con la fuerza mística,
en histeria,
de dos lenguas en una…

Súbito II

El aire original
se te escapa de la lengua;
se aventura sobre mi tierna retahíla
y te caes del brillo,
fruto de la aurora
y tu sabor se me antoja exquisito
en la congruencia del goce…

Te muerdo la piel
y. metida en ti,
me derrito, dichosa,
como un secreto inmutable
y me haces de luz,
sudando ganas,
mientras todo es energía que encaja
y te pinto de noche el deseo,
desde el trance al estallido,
catarsis del alma,
orgasmo masivo…

Mientras Duermes (XIX)

Envuelta la ciudad
por el breve instante de tu ausencia,
como un rito insomne,
te cuelas en la distancia
de la noche;
en mi silencio,
entre cadencias de luz y misterio…

Me alertas el sentido poético
y despiertas en mi mente
tu sueño,
para hacerme confesar
que tu piel subversiva me tiene
tomada las dependencias del alma
y, aún callada,
reclama de mi lengua
ese dulce petitorio
que completa la fragilidad
de unas letras de agua…

Me haces llegar
sobre tus ojos cerrados,
corriendo por lo que se halla
detrás de tus párpados
y mudar de forma,
como densidad erosionada,
animada por tu habilidad escultora,
reconociendo en la vía onírica,
compuestos el uno de la otra,
la sincronicidad
de esta hora metafísica…

Deconstrucciones Demenciales

Me acerco,
palabra,
a tu boca,
convencida
de que, al deshacer el silencio de tu lengua;
nadar su humedad;
su ejercicio vocal,
te seduzco…

Me dejas penetrar su instancia
y fluyo a través de ella,
mientras se descarrilan los conceptos,
superados por la creyente
luz consecutiva
que siento nacer entre los dos…

Se ahorca lo óptico
en desmedro de lo anterior;
en el metódico transitar
de una magia
que roza las aguas de paso
para extenuar ese algo más
que entalla la pedrería de la noche
y hundirla en el reflector
de sus formas airadas…

Volverme parte
del geométrico engranaje multidimensional,
vertebra y escama;
criatura de sello invaluable,
goteando mis santos
sobre sus plegarias,
hasta liberar lo que siento
sobre las catedrales de tu alma…

Mayúsculo

Empujan mis paredes, un sueño más grande;
su vigor estimula mis sentidos
que se abren;
fuego y fragua de una visión
que me comparte el lujo
de contemplar la voz temprana de la noche,
donde me derrito y fundo…

Poemáticos,
de boca en boca,
nos damos al cosquilleo
de masticar el superfluo instante,
inflamando, de plenilunio,
el desvelo…

Dado que la frescura salvaje
es el gancho que mina la hecatombe
en segunda persona,
descifro la manera
cómo se escribe
la ópera prima de las estrellas
en un idioma
que marca el rumbo
de mi sextante…

Al poder, puedo valerme del encanto
y seguir adelante,
navegando a través tuyo;
tener para palpar la riquísima epifanía de la carne,
a la luz de un latido
y, ante la inclinación a sostenerte,
ir creciendo,
notablemente,
en lo sucesivo…

Sintónica II

Embaucada por tu lengua,
a toda calma me desnudas;
a toda tinta me embelesas;
me haces victima de tu perspicacia
en proporción directa
con el que abusa de su vicio…

Poseída por la gracia de tu esencia,
adicta a tu singularidad,
transito la hora azul
en la inflexión del mundo;
tan natural
que, avistarte en la multitud
y asimilarte en la inmensidad
de la energía pura,
no contradice mis principios…

Mientras me das más,
concito la tragedia genuina que soy,
dándome sin razón
al final;
al dulce placer de la satisfacción…

El tacto oculto de la muerte
vuelve a descubrir mi debilidad
y su ración de mar
interminable,
se desenfunda en mi,
como el designio fundamental
de un naufragio de carne…

Conversiones II

Te muestro la ocasión
que manifiesta el instante interino
que despoja de mi lengua
lo que pronuncia,
sólo para crear la distracción
que me reserva para tu saliva…

Y me confieso, conmovida,
mientras terminas de combinar
la secuencia de símbolos
que formula la determinación
de un silencio pletórico…

Purifico
la visión neutra y atemporal
de lo que vive dentro de tus ojos
para que me hables
de cómo, su crisol infinito.
descubre su tesoro…

Sinérgica III

No entorpezco
gestar un mismo delirio;
colorear el temblor
en la concepción de su rezo,
porque, en tus manos,
consigo un fulgor instantáneo
que me desnuda…

Y soy la estela vagabunda,
mudándose a tu trayecto;
confiándote componentes de suspicacia,
aferrada a la ola
que me hace arder el pecho…

Me siento encantada
por el cristal de tu lengua,
girando en desobediencia embriagadora,
hasta entrañar su grabado en el silencio,
trino glorioso de la emoción,
cuya fuerza va prendiéndose,
feroz,
a mi aliento…

Discal

Gira la melodía de tu corazón
con esa luz primaria,
tan suave y valerosa,
completando la cosmológica inmersión,
en conformidad con mi lengua…

Tus anillos de fuego
van regando una estela uniforme
donde quiera que vaya
y el gimoteo de las renuencias
no hallan espacio,
mientras entono esta solemnidad
con un redoble de suspiros,
espoleando el brocal escarlata
del más bello pozo de diamantes…

Basta sólo una noche
para desahogarme la exigencia
de esta dulce empatía
y comprometerte
con el ritmo que reconoce
la permanencia de la sincronía
con la siguiente parte
que concentra mi poesía atómica…

Espuma y Carmín

Flotan sobre la palma de tus manos
galaxias esenciales;
la exploración del sueño,
en abundancia,
arrastra, del aire, la bruma
y el suelo migratorio
responde al movimiento
con el que me entrelazas…

Tu luz circula
sobre un fuego veloz,
salpicando química
y, sus colores vibrantes,
reconocen en el vértigo del agua,
el amparo de la conexión terrena
en la degradación continua del instante…

Inhalas el esplendor que creas
en mis jardines invisibles,
sin alterar su condición
y todo este cuerpo desatado,
libera su expresión
con tanta lluvia en los labios,
que deja caer su deseo,
como fluido embargo,
desembocando
sobre tu íntima tentación…

Abanico Literal

Tan iguales de ser tan distintos,
me deja saberte
conmigo,
llevándome de la mano
a no sé dónde
y no me importa,
porque es tan fuerte ese algo
que nos dirige y conecta;
tan deliciosa la concordancia
que sólo sé que mi alma
está llena de tu noche;
de ese frágil intervalo
que nos arranca de la realidad,
hasta lo más puro;
ese punto focal
que va agolpándose en los labios,
confesando su potestad,
mientras repercuto,
como agua coqueta y mimosa
sobre tus orillas,
celebrando que miras a través de mi piel
fundido al nácar
que se desborda,
como vientre de luz y salitre,
pariendo una escena de desfachatez…

Pérgola Celestial

Apreso tus ojos al límite;
y lo permites,
sin oponer resistencia;
el contacto del alma es reflejo,
fracción torrencial
que consigue la telepatía;
la gracia de subrayar el diámetro nuclear
que incita el sobrevuelo
en una lengua misteriosa…

Aprecio cómo aflora,
a través de la exactitud
de lo inexacto,
la melodía de tu silencio
y se distribuye,
hasta magnetizar el instante,
encaramándose en los gestos
que me acercan a tus labios…

Te invado
con mis dos lunas,
porque, tan cerca de lo que digo,
aluden la sorpresa
de hacer caso omiso a la duda
y, sobre ruedas,
deslizar el movimiento cuántico
para romper la promesa
en lo efímero del presente
con la pasión desbordada,
avanzando por encima de tu piel,
más allá de lo que abarca…

Increíble Percepción

Te asienta el color
del supremo relieve;
lo intacto,
esquinando el gozo
sobre un pentagrama de piel;
acordando con su música
la mortal embestida…

Imbuida
en la acústica de los espasmos
que confluyen
con el intercambio beligerante
que le provees al vórtice
que me engarza a tu anatomía,
creador de mis fabulas y fantasías;
llama incombustible de mi deseo,
me empalago…

Engalanas el ojo púrpura
que sostiene el lapso
en que la proyección rueda,
como crecida avalancha
y busca,
con su vibración,
la resonancia esencial,
conectándome a su estruendo;
curvando mi agudeza,
descubierta en las grutas de cristal,
tras alinearme con tu son…

Persecutoria

Absorta
en el trance de tu lengua,
nada la señal sensitiva
que activa los receptores
de todo aquello que te rodea…

Manan acuarelas auditivas
que van internándose
en los suelos estructurales
para crear una señal en concordancia…

Un muelle visual,
haciendo rebotar las dimensiones
que atraviesan de tu alma a la mía…

Una táctil pasarela
que paladea las variantes
y despeja todas las opciones,
bloqueando lo inexacto…

Una huella en el olfato
que descubre, en clave de contexto,
una escultura intuitiva
que me hace ver cómo se rompe
la dócil curvatura del silencio
e, intensiva,
sustituye la parábola de la noche
con el coloquio de un beso…

Entrelazarte

Asidua a condenarme
a tu secuestro,
me abstraigo de toda escapatoria
y, aunque sabes
que me ocupas,
lo ignoras
y, aunque sabe a locura este espacio,
lo apruebo…

Desaparezco en el bosque,
donde tus acuosas luciérnagas
voltean mis puentes
y se hincha el silencio
de voces invisibles
con el eco de un planeta en fuga,
tomando el color
que define tu mero toque,
como una ordenanza de mi lengua
toda tuya…

 

Llama Viva

La noche y su corazón de niña,
moja, de su encanto
y su memoria celeste,
este instante,
dejando que aprenda a crecer
en las manos de un silencio
inmerso en lo que eres para mí…

Estar a salvo,
en fusión contigo
y esparcir, en llamaradas, el misterio
que me engancha el revoloteo narcótico
de tu regazo,
permite que avance por tu piel corrediza
y, al hacerme sonrojar,
se inicie una revolución sideral
imponderable…

Vas viniendo por mi sonrisa
con el desplante, hecho de fuego,
cuyo reflejo
se hace conmoción
para que lo que somos,
sea conducción de todo
umbilical florecimiento…

Sinfonía Energética

Atravieso la realidad
con un chip de luz,
ajustándome un fabuloso equilibrio;
la disposición de la congruencia,
mientras te respiro
en virtud de un poema…

Y es que haces rodar por tus pestañas
láseres que traspasan
la trayectoria de mi lengua,
atrayendo sus reflejos
hacia lo desconocido…

Impulsada
por el espíritu de la palabra,
cuyos mensajes estelares son
la agitación que escarba,
por dentro, mis formas,
como un susurro cardíaco;
el ring de un ímpetu
que no se quebranta;
que no cesa de vaciarse
en cada ángulo de mi ser…

Puedo reunir la sucesión
que modela, en esencia,
esta espectacular comunión
con un lazo que no veo,
pero se desdobla,
creando oleadas de placer…

Inmanencia III

Claramente,
me asocio con la danza
que suscita el giro delicado de tu fuente
y admito
que, poco a poco,
voy hundiéndome en su magia,
solaz que me anota y corrobora
con su pétalo redondo,
refulgente,
afinando la ronda crepuscular
que nace de tus ojos
y, cuyo reparto sutil,
condiciona mi voluntad
recobrándola, para sí,
a toda velocidad,
como boomerang sagrado
devolviéndole a mi lengua, su verdad…

Creciente Encantamiento

Doy un paso hacia a ti
y al siguiente, me circulas entera;
reconozco
que el brillo azul de tus ojos,
me arranca sensaciones extremas,
tan difíciles de controlar
que levanta tornados en mi lengua,
llamándote…

Me derrumbo al percibir
esos vértigos circulares
que desnudan las llanuras de mi mente
y mi voz restante,
avezada,
interviene la línea de conexión
en descomunal
dependencia con tu magia…

Forjador de mis tatuajes,
tu precisión me traslada
a los paraísos flotantes de la noche,
porque llegas a mi alma,
a mis poros
y, en mi pecho,
siento tu suave roce
y ya no tengo prisa en detener
el brillo temerario que oxigenas…

Mueves mi mundo
peinando mis aguas revueltas;
eres pupilo del viento
y tu despeje energizante,
acude a mi rescate,
repetidamente
y lo indescifrable se revela,
mientras sigo adorando
que vengas a verme…

Gorjeo Furibundo

Al incubar la vorágine silenciosa,
mientras sucumbe la noche
a tu asedio;
arrebatada por tu temperamento,
suelto un relámpago
que provoca el desbordamiento
que me aterriza
en el ágil desfile del agua…

Un juego fotónico
desprendiendo partículas de esoterismo,
moviéndose indistintas
por los espacios de tu alma…

Un hemisferio en torbellinos
que rescata la experiencia cósmica
de tenderme entre tus brazos,
tañendo el desvelo
de unas pieles dialogantes
sin juicio...

Agarrándome al vasto firmamento
que me contempla fulgurar
y que obra en mi lengua
el divino pecado de conectar
con lo que eres y soy,
al descubrir el nivel camaleónico
en su distorsión,
conforme a su totalidad…

Deflagración II

Fantaseo
con el absurdo de dar significado
a todo esto que siento,
mientras deambulo
por los bosques de asfalto
y sus neones
en medio de un vacío furioso…

Reconozco que tu hechizo
surte un poderoso efecto,
porque lo que sea que digas
es atracción imparable,
entretejiéndome…

Emites
una onda de aromática fulgencia
que me corta el aire;
un fuego que consume mi lengua,
concediéndole su magia…

Eres el gato con la luna en la espalda,
retozando en mi ronroneo;
la gota pura que permea mi sangre
y corre por su veneno de estrella,
disimulado,
atravesando el torrente de mi alma…

Intrépido,
me trepas y atrapas
y floto dentro de una tentación,
cuya eléctrica fricción,
asegura colocar, tras de sí,
esta reacción incendiaria…

Supraverbal

Cuando el oro es dulce
y cada palabra con la que te toco,
aloja el temblor insoportable
de lo que me provocas,
me siento
arrugando los papeles
del guión de las sombras;
carcomiendo la pátina del tiempo
que insostenible altera su lustre,
dejando pasar
esa luz alternativa
que erosiona las paredes,
regenerando la piel
al lamer el fuego de la herida
y arrancar, de las páginas, el silencio,
escarbando la introspectiva
hasta vocalizar lo inédito…

Esta porfía,
vicio y talismán,
hace que crea en lo que me confías,
creando más que motivos,
mundos de cristal
con las lenguas fundidas...

Sincretismo

Correspondencia,
la cualidad;
transparencia gradual
ante la transformación,
la virtud…

Es tan brillante
la fiereza húmeda,
motriz,
de esa luz,
que perpetra mi interior;
fiera de lengua dual
que da vueltas en el soplo del horizonte
que espejea, curioso,
el encanto libertario de mi corazón…

Haces aparecer las letras
que perviven en la frecuencia
que me deja flotar con ellas,
desordenada
y fundirme cuando caen
del otro lado,
más allá de un poema,
porque, afines a tu alma,
se abren paso…

Glorieta Estroboscópica

Cada letra reflectante,
preserva su figura
en el espacio geométrico
que se adecúa a la lucidez
de un ingente chasquido;
el contenido en audacia,
me insufla una secuencia de fractales
que coquetea con mi saliva
entre enciende y apaga…

Estás por encima,
emitiendo desde tu fuente;
puedo escuchar su categoría
calarme hasta la médula;
sentir que estoy toda en ti,
mezclando lenguas
para un dialecto naciente…

Las cosas que osas decir
para exponer lo indescifrable,
comprueban que, el instante mismo,
acabado de crear contigo;
es un retrato,
clavándose en la piel
y en la mente,
al entrar al hiperespacio…

Capturas Inevitables

El goteo desenfrenado,
se instala en mi lengua
al avistarte,
porque sale,
disparado en cohesiones,
el silencio,
mientras me atrevo
a innovar;
a impresionarte
con esta luz matemática
que acepto para conducirte por mi cuerpo,
fluyendo, como devoción…

Porque me muestro ante ti
proveniente
del estupor;
de la perfección del preámbulo
con el que me enfatizas
y habla tu piel lo siguiente,
tornándose la fechoría más dulce del universo…

Al darte mis colores
y soslayar el giro binario,
infausto,
igualo el ajuste que integra
al amplio espectro de un puente,
aproximando el cruce de letras
que nos reúne,
compañeros,
justo en la esquina,
donde me tomas en secreto…

Invencible Implicación

Con fiereza me arraigo
a tu tormenta,
hasta calar la esfera onírica
y verte escapar a mi lado
con el sólo vuelo de tus ojos…

Puedes electrizarme
y, sin apartarme,
me expongo,
coludida con el cabo suelto
que se reclina en tu pureza…

Me siento,
encarnando la fantasía;
concibiendo pautas dimensionales
que nos conectan
con una gesta en el triángulo universal,
cuya energía llena mi lengua…

Duplicada en tu voz,
sigues diciéndome tu boca
con ese cálido vendaval
que me envuelve en sus aguas,
revelándome la loca provisión
que me sabe su reto…

Te nutro de lo irresistible;
la raíz abductora
que descubre las intensidades del silencio
discurriendo, frontal,
como una gota en el océano profundo…

Conseguirte,
hasta los huesos,
hasta la punta del alma;
crear un sobresalto,
es lo que busco;
despertar la sensación más extrema y pura
excitar la penumbra
con un lúbrico relámpago…

Máximo Refugio

De tu piel a mi piel,
cuánta eternidad,
entrelazando
este temblor invocado;
aproximándome,
embobada,
hasta el reguero de intenciones
que me vuelve tu propósito…

Me das sed
y bebo de tus ojos,
mientras la noche se empapa
de todos mis suspiros,
porque hace falta que tú respires
para que brille el agua de los sueños
y brote un nuevo mundo…

Ebria del deseo más puro,
en medio de tu alma,
en medio de tus labios,
creo el ramal
que conecta todas mis zonas a tu apetito
y te dejo contemplar la intacta sensación boreal,
desangrándose
en el esplendor del lecho compartido…

Leguas de Aguas Ardientes

Flores de altamar
germinan en tu lengua,
causando venias
de una ciudad que se mueve
a estribor,
privilegiada,
al ser llevada a través de la noche
por su vistazo abrasador…

Percibo cómo extiendes tu toque
con la acuosa palabra
que me brota, hasta el beso
y atino a trenzar siluetas,
apilando consecuencias
con la vitalidad del trueno…

Caracol de seda,
soplando su nota fractal
al filo de un silencio de plata;
creando un temblor galáctico
en mi profundidad…

El ojo de mi pluma de amatista
raya en locura
al tenderme en tus pestañas
y, bajo el sonido del caleidoscopio,
morir en tu exceso
que se me enreda,
como carrusel de opio…

Leal a las pistas que me lanzas,
voy resolviendo los esquemas
de una sed vespertina
y me vuelvo agresora de tu aliento,
al tiempo que, el vicio idóneo del arrebol,
me condena a tus labios y pupilas…