domingo, 11 de mayo de 2025

Virulenta

Si te acuestas en mi pecho,
los cuervos desisten,
sobreviene
el alivio;
el ánimo que asiste
al debut
de mi mejor versión,
mientras el cuerpo se acomoda
al disfrute de tu entrega…

Cuánta luz
liberan los átomos,
caracterizando
mi condición de estrella
en el centro de tu noche…

Y quiere
tu ayer beberse el mío;
retoñar a expensas
del desvarío,
atentando contra mi sensaciones;
explotando mi equilibrio…

Tus tejidos me anudan
al cuerpo de gas
que se teje,
como un torrente nebuloso
para atravesar la agitación
que me transforma
en víctima de tus cuidados…

Suplican resistencia
y desoigo el tiempo,
confiando
en la aurora de tu verbo,
mientras te concedo
asombro y suspicacia,
como un brote de embeleso…