A través de los cielos leopardinos,
te descubro,
espiando mis sobrevuelos;
coqueteando con mi salvaguardia...
Y me guarda,
poco a poco,
tu merodeo;
la afición por mi acrobacia...
Expedito,
entras en mi voluntad,
la tienes cautiva,
primas en ella
y una fusión de mundos
conecta los peldaños del silencio
que crecen,
como un sueño,
para llevarnos,
de la mano,
a encontrar la rima inusual
y sus dos sentidos en desarrollo...
Dilatación palpable,
hilera de espantos,
cruzando mis dedos con los tuyos;
trémula agilidad que exploto,
como mi carne,
puntual,
clavándose en tu cuerpo desnudo...
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