Empiezo el día,
soñando,
soñándote...
Y te siento;
es que resulta fascinante
surcar el doblez del silencio;
descolocar la realidad
que desengancha
mi piel de pájaro...
Procuro
dejar atrás la ruta propuesta,
entrando y saliendo del mundo
para encumbrar el vuelo,
y, entelada por esa bocanada de aire,
me exhiba
bajo la embriaguez
de tu roce indiscreto,
mientras desmenuzo llamaradas
y escribes mi palpitar
en vilo...
Desde luego,
me avasalla tu intrepidez,
siempre al filo del pavor;
la notoria consolidación de su eficiencia;
la calidad,
tendiendo su sello milagroso...
Y acabo,
cuando anocheces,
de pronto,
envolviendo mi fragilidad,
dejándome
prescrita tu lengua,
como un halo de Saturno,
liando la mejora
hasta la siguiente oportunidad...
soñando,
soñándote...
Y te siento;
es que resulta fascinante
surcar el doblez del silencio;
descolocar la realidad
que desengancha
mi piel de pájaro...
Procuro
dejar atrás la ruta propuesta,
entrando y saliendo del mundo
para encumbrar el vuelo,
y, entelada por esa bocanada de aire,
me exhiba
bajo la embriaguez
de tu roce indiscreto,
mientras desmenuzo llamaradas
y escribes mi palpitar
en vilo...
Desde luego,
me avasalla tu intrepidez,
siempre al filo del pavor;
la notoria consolidación de su eficiencia;
la calidad,
tendiendo su sello milagroso...
Y acabo,
cuando anocheces,
de pronto,
envolviendo mi fragilidad,
dejándome
prescrita tu lengua,
como un halo de Saturno,
liando la mejora
hasta la siguiente oportunidad...
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