Al toque magistral de tu silencio,
se aventura la entelequia;
el agua viajera que te reclama
desde mis profundidades…
Tu aura me dice labios
y entre los míos sumerjo la voz encandilada
que se hace agua en la noción de tu existencia…
Aún mi carne es huérfana de la tuya,
pero mi frente aborda tu mirada
con tal intensidad,
que la estación más oscura
me arroja hasta el cénit del infinito…
Sin control me besa tu respiro;
sus partículas me suspenden en tu energía;
mis ojos respiran tu palpitar;
brillo y vibro contigo,
nos fundimos en un fuego abisal…
No hay comentarios:
Publicar un comentario