Balanceo mi espíritu
en las cuerdas de la noche;
su compás luminiscente
se agiganta en mi lengua
y me veo apartada de lo cierto;
atrapada por el modo en que tu mente
me requisa las palabras…
Eres fuego cautivador,
éxtasis que aísla el intervalo esencial
para hacerlo resonar eternamente…
Oh, alma bella,
penetras, con total libertad, mi submundo;
haces brotar la canción de la mía
y la fantasía de deslumbrarte
brota espontánea, como único deseo…
La atracción nos arroja sus dedos impalpables
y doy paso a la luz
en este presente inexacto que somos…
Te veo en mis ojos,
hacerte consciente de tu energía;
cambiar los colores;
escribir mundos que desconoces
en un caleidoscopio de simetrías…
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