Conmovida por el instante
en el que de mi lengua crece
la agitación pulsante de besarte a la distancia,
logro percibir el arco de tu energía;
la reverberación;
todo el ámbito de la luz,
reconociéndome parte…
Somnolienta la sombra
me deja atravesarla
para liberar las corrientes silenciosas
de la ciudad de cristal;
descubrirme visionaria de tu alma…
Puedo sentir
la robusta asignación del cosmos;
la oportunidad de percibir lo inestable
y sembrarme a la altura de tus ojos…
Tan imposible arrebatarle el relámpago al asombro,
cuando te dejas caer en mi universo;
las secuelas del trance,
tras ahogarme en embeleso,
son ornamentos vistiendo mi espíritu,
desnudando el suspiro de mis ángeles…
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