Punción de Oro

Desde los bordes, me ocurres;
estás en lo que hago,
en todo lo que sueño,
rozando el escalofrío extremo de mis latitudes…

Dispones para mí el placer de un sabor inefable
con el aguijón dorado,
inyectándome su efecto;
estallan en mis tímpanos los colores magnéticos
e impecables bocanadas de fantasía,
giran en tus horas mágicas…

Me apresura el silencio,
según avanzas;
tus manos son aspas veloces
que me llevan muy alto;
fluctuantes arborescencias,
cuyo centro palpita y lame
los huecos enceguecidos de mi lengua…

Un sol en el agua es lo que veo;
hojas que estallan letales cromatismos,
pétalos geométricos, rugiendo flores y estrellas
y huelo el paseo por los paisajes detonantes
a tu alrededor;
y me traspasa tu nebulosa;
voy cayendo dentro de la rueda de la luz…