Esa claridad que emana de tu silencio,
me sumerge bajo un halo envolvente de arrebato;
encandila mi percepción,
imprimiéndome los ángulos perpetuos,
sin margen ni opacidad…
Crezco hacia una vastedad mayor,
soñándome fuera de la piel…
Confiscado el aliento,
con el ansia arrebatada de infinito,
siento enfervorecer el alma
y puedo saborear el tacto dulce de tu universo;
toda la magia extendida sobre mí
al compartirme tu desafío…
Esta noche amanecida entre los dedos
vislumbra la intrepidez corpórea
que me colma de suspiros,
mientras chocamos los silencios
hasta volverlos uno solo…
Las simetrías nos intuyen a tono
y siento una paz interminable,
curándome la herida…
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